Más que una cuestión de seguridad

La movilidad en el lugar de trabajo ya era un tema en rápida evolución antes de 2020. Después, en el transcurso de un sólo año natural, casi todo cambió. Compañías de todo el mundo se vieron obligadas a replantearse lo que pensaban que sabían sobre cómo y dónde se lleva a cabo el trabajo. Eso significó reinventar muchas políticas y procedimientos diseñados para gestionar a los empleados, ya sea que trabajaran en la oficina, desde casa o en el campo. Debido al vertiginoso ritmo del cambio y a la aparición de nuevas y graves categorías de riesgo, los empleadores han desarrollado un nuevo sentido de urgencia en cuanto a proteger la salud y la seguridad de su gente.

Con el renovado énfasis en el deber de cuidado, las compañías están aceptando el hecho de que los viajeros de negocios están expuestos a riesgos en constante cambio, y a veces significativos para su salud y seguridad. Desde una perspectiva empresarial, el deber de cuidado se considera ahora una herramienta estratégica; una forma no sólo de proteger a los trabajadores y aumentar la seguridad de los viajes, sino también de fortalecer y sostener a las organizaciones.

A medida que aumenta la prevalencia de los modelos de trabajo móvil y a distancia, ciertas tendencias están dando forma a la fuerza de trabajo global, influyendo en la experiencia de los empleados y afectando al enfoque de las compañías respecto al deber de cuidado. Estas son algunas de ellas:

• Trabajo a distancia. Las disposiciones de quedarse en casa relacionadas con la pandemia de COVID demostraron que trabajar de forma remota realmente puede funcionar. La productividad no se ve afectada, las herramientas virtuales mantienen abiertos los canales de comunicación y muchos empleados disfrutan de un mejor equilibrio entre la vida laboral y la vida personal.
• Digitalización. Hay un delicado y cambiante ecosistema de datos en el centro de cada organización que cuenta con una fuerza de trabajo remota o itinerante. Cuanto más compleja es esa red de trabajadores, mayor es la necesidad de herramientas tecnológicas que protejan tanto al personal como los datos.
• Bienestar del trabajador. Cada vez más, los empleadores están operacionalizando, o midiendo el fenómeno de, las conexiones entre el bienestar y el rendimiento de los empleados. En otras palabras, las compañías se apoyan en el hecho de que un empleado feliz es un empleado productivo.

No existe una metodología prescrita que dicte cómo las compañías pueden y deben operacionalizar el deber de cuidado. El enfoque correcto depende de muchos factores. Sin embargo, el programa debe contener una estrategia consistente que sea fácil de entender y adoptar para cada departamento.

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